Luna de Miel

El ciclo de violencia tiene períodos. No todas las parejas siguen el mismo orden. No todas los llegan a cumplir en todas sus facetas. No todas tienen la misma duración.

¡Hola! Soy yo Belkis, la autora del Blog. Cuando les comentaba a Ustedes la razón por la cual yo no podía ver mi situación claramente es porque se juntan muchos factores. Ya les he mencionado el negarme la situación (creando excusas para El, culpándome a mi misma de su conducta) o, cuando el abusador rechaza su situación (con la típica culpa de El hacia mi persona).

Pero, hay otro comportamiento que crea confusión y es la calma. Tanto tiempo viviendo de la misma manera abusiva en “nombre del amor” y sin tener patrones de comparación, distorsionaban mi realidad. Yo le quería ¿por qué no creerle que cambiaría? ¿Por qué formar un huracán si solo discutimos fuertemente como pareja y aclaramos los puntos? Pasó la “ventolera”.

El decidió comprar una nueva casa, en Weston. Nosotros, el resto de la familia, no queríamos: mis hijos ya tenían su grupo de amigos, sus colegios y yo le había tomado cariño a mi pequeña y cómoda casa. Eso no importó. El quiso y ya.


Muchas casas que vimos no eran de mi agrado y viceversa. Finalmente, El decidió por una bastante grande y me dije “wow ¿cómo vamos a pagar esto?”. Yo nunca supe mucho de las finanzas, lo reconozco. Nuestras obligaciones estaban bien definidas “Tú te encargas de mantener a la familia económicamente y yo me encargo de mantener la casa, el hogar y los hijos". Nunca fallé o no creo haber fallado.

Curiosamente ya El tenía planes de pago. Supuestamente me encargaría de atender estudiantes extranjeros y prestarles el servicio de alimento, transporte; es decir, lo mismo que hacía con mis hijos aunque remunerado.

¿La idea no suena mal verdad? Solo faltó un detalle. No me preguntó si eso era lo que yo quería. Las decisiones importantes las tomaba El, definiendo entonces mis deberes. Me opuse rotundamente y le expliqué que yo quería trabajar pero NO en lo que El decidiera para mí. Ya habíamos tenido una experiencia corta con una atleta y yo no quería responsabilizarme sino solamente por mis hijos; además, no vi ni un solo dólar en esa ocasión. Aun así nos mudamos; entonces estamos hablando del PRIVILEGIO MASCULINO. Vayan anotando otro punto en la clase de Poder y Control.

Yo leía mucho, en las noches le comentaba sobre aspectos que nutrieran a la pareja y uno como individuo. Como no le gustaba la lectura, yo
lo hacía en voz alta, para que se interesara. Le ayudaba a establecer sus planes de vida porque consideraba y considero que como personas individuales debemos tener metas personales. Y cuando tenía ciertas caídas, hasta le sugería libros de autoayuda que le vendrían bien.

En esa etapa El asume su culpabilidad momentánea, tiene cierto remordimiento y prevalece la calma.

Promesas y detallitos


Las flores y obsequios ostentosos no se nos daban como pareja, pero si ositos de peluche. Yo diría que mi gaveta personal tuvo muchos de ellos y con el tiempo llegué aborrecer a los pobrecitos. Frases típicas “esto no volverá a pasar”, “voy a controlarme”, “tú no sabes cuánto te quiero”, “nadie te amará como yo”, “yo quiero cambiar pero para hacerlo necesito que estés conmigo”…

Flashback

…no sé porque se me parecen tanto las historias. Recuerdo cuando papá se enfermó, una de esas, porque hubo muchas a lo largo de tantos años. La imagen nunca la olvidaré: llegué de la Universidad y lo encontré acostado, parece que había tenido no se qué cosa y le habían dicho en el hospital que debía tener reposo absoluta y cero disgustos.

Mamá me dijo “ve a la habitación a saludar a tu padre que se siente mal”. Entré, le pedí la bendición (una costumbre muy venezolana como señal de respeto) y que luego dejé de hacer porque a Él le parecía ridículo que hiciera cosas que los europeos no hacían. (Comentario al margen)

El caso es que papá me dijo todas las recomendaciones médicas…”por eso, una de las cosas que debes hacer, es dejar a ese chico con el que estás saliendo. Eso, me enfurece de tal forma, que un día de estos me dará un infarto y tu serás la culpable de la desgracia de este hogar”…

Imposible. Nada de esto tiene que ver conmigo –dije enfáticamente- además yo no estoy saliendo con nadie, ¿qué manera de manipularme es esta papá? Obviamente, discutimos fuertemente y mi pobre mamá siempre tan nerviosa y preocupada.

Ayyy mamita hoy te digo “¿Por qué siempre así tan sumisa?, mira que manera de inculcarme esa imagen. Eso siempre lo vi contigo. Eres tan buena mami. Hoy te digo una vez más –ahora públicamente- te hizo falta coraje para darle un stop a papá. Tenías todo para llevar las riendas porque tenías una ventaja sobre mi, tú eras quien trabajaba, tú siempre fuiste el sustento económico, tú me pagaste mi colegio privado, tú me pagaste mi carrera con mucho esfuerzo, tú me diste mucho de lo que soy hoy (bueno y malo). Yo soy, algo de ti pero con el tiempo, mejorado…SI me rebelé, ¿un poquito tarde? Tal vez, pero SIEMPRE es el momento.

Entiendo que era otra época, por eso también lo hice, porque tengo hijos. Yo no quiero que mi hija sea tratada así. Tampoco quiero que mi hijo se comporte de esa forma abusiva. Soy privilegiada, pude romper ese círculo. Ellos lo están viendo y creo que está en sus manos ser mejores parejas. Ahora que soy madre entiendo tu angustia de mantener a la familia…pero…”

Ok. Volviendo entonces a este, mi presente. Esas promesas son muy difíciles de rechazar porque le dicen lo que una siempre ha querido escuchar; además, una quiere mantener a la familia, ese era el hombre del que me había enamorado. ¿Quién hablaba de divorcio? Nadie. Y esto mis lectores es IMPORTANTE que sepan, nunca se mencionó. Eso solo fueron enfrentamientos normales de pareja. Es decir, ahora linda parejita en luna de miel.



¡CUIDADO! Esta es una etapa muy común en las relaciones abusivas. Desafortunadamente esos cambios no serán duraderos, esto surtirá efecto momentáneamente porque solo es una táctica para mantenerlas controladas…y yo caí.

Nos seguimos leyendo en la red.