Yo tambien

febrero 21, 2010

Despertando a mi autonomía

¡ Hola! Aquí estoy otra vez. Debo confesar que transcurrido ya cierto tiempo en este país, tristemente no extrañaba a mi verdadera familia. Jugaron su papel, primero, el distanciamiento emocional que había sufrido de manera paulatina, digamos desde mi pre-adolescencia. Luego, el distanciamiento físico, pues, desde que me casé, me fui alejando de todos hasta perder por completo el contacto. ¿Las razones? En otro post.

Lo que sí me di cuenta es que tampoco extrañaba a la familia política, a pesar de todos los años que pasé con ellos. Tal vez ese fue el momento para desprenderme de ese núcleo. Yo creo que son como una familia tribal, donde todo se hace juntos. Ellos confunden la unión familiar con un solo bloque y un aire elevado por encima de todos; es decir, “están sobre el bien y el mal”. No hay opción. “Estás conmigo o todos contra ti”. La amabilidad y hospitalidad ocultaban la absorción y control subliminal de las personas en su entorno. Entonces, empecé a sentirme libre.

Pero, lo que si añoraba era a mis amigas, esas con las que por años frecuentábamos el colegio de los niños y el club (único ambiente extra donde me desenvolvía). Sin embargo, no faltaron de mi parte las llamadas en fechas como navidad, año nuevo, cumpleaños. No obstante, cada vez nos íbamos distanciando más, es que no todo el mundo es así como yo: hay quienes les fastidia hablar por teléfono, otros no les da “nota” escribir y a otros tampoco les gustaba leer mis mega mail o cartas de ese entonces.

Supongo que a El no le pasó lo mismo. Aquí tenía que trabajar de verdad para mantener a su familia, ya no era hijo del dueño de la empresa sino jefe y empleado a la vez. Tampoco tenía tiempo para hacer siesta mientras su papá se encargaba de la oficina, ni podía dejar el trabajo a las 3:00 p.m. si le apetecía, ni mucho menos tomarse el día. ¿Aquí? Ni te lo sueñes. Cada dólar se suda.

También muy válido si extrañaba a su familia.

Nuestro único medio para comunicarnos con todos (aparte del teléfono) era un correo familiar, abierto a su nombre, por supuesto, y que yo llamaba irónicamente el “Correo del Pueblo”. Todos los saludos llegaban allí porque éramos una familia unida y perfecta.

Mis amigas, las esposas de sus amigos, dejaban por allí sus saludos hacia mi persona. Recuerdo entonces esa voz masculina diciéndome “Me escribió fulano y fulana (la esposa) aprovecha para mandarte saludos”...ahh pero eso no era suficiente para mí, me faltaba el cotilleo, ese que sólo sabemos hacer las mujeres.

En esas andadas descubrí que yo podía tener mi propio e-mail; ya no tendría que comunicarme a través del Correo del Pueblo. Si, definitivamente había que abrir un correo, ¿atrasadita yo verdad?...y así comenzó mi primera válvula de escape porque a toda costa yo quería seguir teniendo mis amigas y conservarlas.

Por supuesto, no se lo dije. ¿Cómo decírselo? Es que ya me imaginaba sus objeciones. No mentí, solo obvié. ¿Que podía yo decir con mis amigas a través de un mail? Nada, pero El no lo entendería y segurito que me pediría la clave, como efectivamente lo hizo cuando se enteró…”dame tu password para ayudarte a leer los correos o programarte algo o chequear los virus… es que era muy creativo”.



Nos seguimos leyendo en la red.

2 comentarios :

  1. Hola Belkis, recién leo tu blog...aunque iniciaste una nueva vida desde hace un tiempo, pienso que Yo estaba entre esas amigas de tu vida anterior y me dió tristeza tu distanciamiento, quizas deba entenderlo, conozco desde afuera parte de tus malas experiencias y de las buenas también, me alegro que te sientas feliz! Marivi.
    Nos seguimos leyendo como tu dices...un beso

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  2. Hola Marivi: Ciertamente, a veces por circunstancias, olvidamos a todos los amig@s que hemos tenido en algún momento. Pero tomo el día de hoy para recordar a todos los amig@s que he tenido en mi corta vida, entre esas tu con quien comparti muchos anos. Hoy agradezco cada minuto compartido. Chevere que estas en la red...y nos seguimos leyendo!!!

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