No me lastimes…recuerda, soy tu hijo

El maltrato infantil es un significativo problema de salud pública. Hay un número considerable de niños que son objeto de maltrato físico pero también en formas que son más difíciles de detectar, tales como el maltrato emocional o la negligencia, causando un daño enorme. Para hablar sobre el tema he contactado a Valeria Vilar, Licenciada en Salud Mental o Licensed Mental Health Counselor (LMHC); con un Master en Psicología (MA) y Bachelor en Educación (BEd).

. Licenciada Vilar, muchas gracias por tomarse su tiempo en visitar mi blog, contenta que le haya gustado y además se sienta motivada a participar en mi iniciativa. Se ha constatado que los niños objeto de maltratos tienden a tener problemas de conducta, emocionales y sociales en su vida posterior. ¿Cómo es que se desarrolla este mecanismo?
V.V: Sería favorecedor que los padres piensen, entiendan que actos de maltrato solo llevan a enseñar a los hijos a resolver los futuros conflictos con agresión, en lugar de ayudarlos a razonar alternativas para la resolución de esa dificultad. Se ha comprobado que un niño pequeño o adolescente cuando le han pegado manifiesta baja autoestima, depresión, hiperactividad o ansiedad, dependiendo de la personalidad de cada uno.

Muchos de ellos manifiestan problemas de conducta agresiva hacia otros niños o sus hermanos. También es muy común observar fácil enojo, hostilidad, miedos, humillación hacia los demás e inhabilidad de expresar sus sentimientos.

. Hay algo que me inquieta, las familias son los modelos primarios donde los niños aprenden los comportamientos sociales, pero vemos marcada diferencia en la manera de impartir disciplina. Habría que establecer muy bien la diferencia entre una nalgada y una paliza… ¿Cuánto le afecta a los niños que sus padres les peguen? ¿Les griten?
V.V: No es lo mismo una nalgada al año, que una o más todos los días. En Estados Unidos el “spanking” o palmada a mano abierta, está aprobado en 50 estados. También es legal en 20 estados que se realice en escuelas, pero los padres deberán autorizar que se realice.

El riesgo de estas legislaciones es que aunque el padre alegue que es una palmada, si ha dejado un morado o marca corporal, será considerado abuso físico.

Desde el punto de vista psicológico no es recomendable. Los padres estarían enseñando a los hijos a resolver sus problemas a través de la palmada como descarga física, en lugar de apropiadamente enseñarles cuál es la conducta esperable en ese caso.

. Yo me imagino que a estas alturas muchos lectores estarán pensando “a mí me dieron nalgadas y crecí sin problema alguno, mírame aquí”… ¿Qué les diría?
V.V: Hay que ser muy cuidadoso con respecto a asegurar que se ha crecido sin problemas. En mi experiencia, si a esos adultos que dicen no tener problemas se los somete a una entrevista psicológica, van descubriendo que poseen autoestima baja, que son inseguros, que poseen miedos, etc. Entonces, no nos equivoquemos partiendo de una base falsa, porque llegaremos a una conclusión falsa. Hay que entender el contexto en el cual cada individuo recibió esas “nalgadas”. No podemos generalizar.

. Leí en un boletín que “cada año, se verifica que aproximadamente 13 de cada 1000 niños en los Estados Unidos y 10 de cada 1000 de los niños en Canadá, son víctimas de alguna forma de maltrato. ¿Cómo estamos los hispanos?



V.V: Culturalmente se percibe dentro de la comunidad latina la acción de pegar como un método de disciplina efectivo. Sin embargo, en el último censo realizado en el año 2006, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos ha brindado las siguientes estadísticas:
. Los niños de 1 año de edad o menores son el mayor grupo de víctimas.
. El 51.5% son niñas y el 48.2% son niños.
.Aproximadamente la mitad de las víctimas, el 48.8% son de raza blanca; un cuarto, el 22.8% son africanos-americanos y el 18.4% son hispanos.
Quiere decir que según el último censo, la comunidad hispana es el grupo más reducido con respecto a abuso infantil.

. ¿Entonces tenemos que tener claro la frecuencia con la que ocurre el maltrato, el tipo de maltrato y el momento en que ocurre no?
V.V: Si. Los padres nunca han sido enseñados para ejercer su rol, ni tampoco conocen que tan serias consecuencias individuales y sociales pueden generar el hecho de pegarles a sus hijos.
La meta de los padres cuando disciplinan a sus hijos es la de enseñarles cuál es la conducta esperable en vez de castigarlos.

Los adolescentes

V.V: En los adolescentes, comúnmente se observan conductas de riesgo, embarazos tempranos, depresión, ansiedad, carreras profesionales incompletas, crímenes, adicciones a drogas o alcohol y un elevado potencial de ser un padre abusador y de repetir el ciclo de violencia familiar en edad adulta.

. ¿Y qué me dice de los que escogen parejas abusadoras?
V.V: Si eligen parejas abusadoras, es porque desde niñas no han resuelto su complejo de Edipo en relación a un padre abusivo. La violencia o el abuso pueden ser físicos o verbales y en ambos casos genera una personalidad dependiente e insegura. Son mujeres sugestionables, con dificultad para tomar decisiones y con una autoestima baja. Las mujeres se sienten protegidas con alguien que las controle y las domine. Generan un vínculo con su pareja abusadora de dependencia afectiva y culpabilidad por creerse responsable de los malos tratos que recibe. Renunciar a su pareja abusadora, simbolizaría renunciar al padre abusador. En la mayoría de los casos, las mujeres no pueden darse cuenta de esta conexión edípica entre su pareja y su padre.

. Además de todo ese cuadro traumático ¿Le podemos aunar problemas de salud y hasta una infelicidad general, años después que el maltrato haya terminado?
V.V: Si. Es hasta natural elegir a la pareja repitiendo el modelo familiar. Si la mujer ha vivido en una familia donde ha sido controlada o abusada física o verbalmente y ese código familiar es para ella “normal” porque no ha podido comparar o aprender que esa dinámica familiar es disfuncional, lo más esperable va a ser que repita esa dinámica. Su tendencia va a ser aislarse, sentir vergüenza y culpa.

. Los padres abusivos tienen poco contacto con modelos de buenos padres, carecen de conocimientos y estrategias ¿Qué les dice a ellos?
V.V: La regla básica para la resolución de cualquier conflicto es identificar el problema y enseñar a sus hijos como posibles soluciones sin violencia, pueden resultar efectivas. Atacar el problema y no a la persona. Ejemplo: si los padres están estresados y por esa razón entran en un espiral negativo de gritos y maltratos físicos, cada vez van a incrementar el problema en lugar de resolverlo.

Enseñar la conducta deseada en lugar de castigar la realizada y reforzar los logros con reconocimientos de afecto y frases que incentive mantener la conducta. Ejemplo: No podemos pedirle a un hijo que sea respetuoso y no nos grite, cuando los padres les gritan a los hijos. No podemos pedirles que no peguen, si como padres les pegan.

Reconocer los errores en el momento que se realizan para que sea efectivo, lo cual genera responsabilidad en la conducta realizada. Hay que dejar la violencia y en el caso concreto si se siente desbordado (a) por la situación y respondería con violencia, aléjese por unos instantes y cálmese. Háblele diciéndole como quiere cambiar la dinámica.

No es pidiendo perdón por algo que pasó hace una semana y ya. Eso no tiene efecto y menos si cuando se ponen “nerviosos” vuelven a pegar y reitera el perdón. Se está confundiendo más a los hijos.



Por eso la educación es la prevención primaria para evitar futuras repeticiones. Informándose para prevenir y buscando soporte cuando el abuso está instalado, es lo más recomendable.

Licenciada Valeria Vilar, Directora de Open Mind Bilingual Counseling Center, gracias por sus consejos y compartir sus conocimientos con nosotros.