Yo tambien

abril 04, 2010

El hospital: La vida en pocos pisos

¡Hola! ¿Qué tal? Soy yo, Belkis, la autora del blog. Yo estaba llevando una doble vida: la corriente, que más o menos les he venido contando y la inusual, la del hospital. Allí recibía diariamente Lecciones de Vida.

Entiendo que para el personal médico y todo lo relacionado con el área eso es normal. Pero para mí, una persona que se mareaba cuando veía sangre o se paralizaba cuando uno de sus hijos le sucedía algo, era insólito estar en medio de un elevador con camillas y paramédicos o ver como funcionaba la Sala de Emergencia (E.R). Terminé familiarizándome.

Pude ver cual película varias situaciones de la vida en un mismo edificio y el mismo día. Podía ir al piso 1 y estaban recluídos los pacientes que se recuperaban de una operación. Ellos habían pasado “cualquier prueba de salud”. En el 2do. piso podía observar personas convalecientes que les hacían terapias. Esas escenas me invitaban a la reflexión, donde lo más importante, según la frase popular “es tener salud”.

La más hermosa, sin duda alguna, el piso 3 donde todo era flores y globos, sonreía por la llegada de un nuevo niño al mundo; al menos, que en la puerta hubiese una pequeña tarjeta con un detalle algo gris y eso era indicativo que allí no había nada que festejar pues estaba una madre que se iría con las manos vacías. Sin embargo, también me tocaba llevarles –a veces- flores o un detalle. Ponía mi mejor cara. Tomando en cuenta las normas, tal vez dar aliento.

En el piso 4, estaban los de terapia. Delicado, bien delicado y podía ver a los familiares. ¿Qué ofrecerles? Un diario, una revista…algo de la cafetería. En el 5to piso los que se trataban con quimioterapia. Dios, de cualquier edad. Tocar la puerta y ver a una persona mayor con quimio o, una habitación llena de globos y pancartas porque adolescentes le daban apoyo moral a un joven de 15- 17 años, por ejemplo, diagnosticado con cáncer. ¿Qué decir a esa madre si una también lo es? Yo preguntaba, dentro de mis limitaciones, las abrazaba, le daba palabras de aliento, les dejaba libros pero cuando cerraba la puerta sentía un gran dolor. Me conmovía.

Siempre he sido una persona sensible pero ese recorrido diario por los pasillos eran como tickets de entrada a una mejor forma de vivir . Me estaba aferrando a la vida. Así empecé a intercambiar opiniones con las enfermeras(os), con los técnicos y hasta con algunos doctores y preguntaba sobre sus trabajos. Una vez un Doctor me explicó claramente como se veían las cosas desde este otro lado, donde yo estaba ahora (partiendo ellos, que yo formaba parte del personal del hospital): “comparte sus cargas sin que sean tus cargas, niñita”

Masaje etéreo ablandando corazones

Ahora Ustedes dirán ¿y qué tiene que ver esto con tu historia Belkis? Mucha, pues me parecía realmente estúpido que cuando yo llegara a casa perdiéramos tantos momentos hermosos de estar en familia, de valorarnos como personas, de aprovechar las cosas bellas que la vida nos ofrecía por miniedades.
. Cuando veía a mis hijos en las tardes, los abrazaba y les decía lo mucho que los quería.
. Celebraba porque había problemas que nunca había tenido.
.Lo importante que era vivir.
.Lo hermoso de ayudar al prójimo.
. Nada era eterno ni era mío, por lo tanto no había que quedarse entre anhelos y recuerdos.
.Claro, también me tocaba practicar la tolerancia porque si bien estaba teniendo cierto poder espiritual, tampoco podía obligar a ninguno a practicar mi credo pero tampoco quería someterme a otro.
.Quería crear un espacio para que cada quien se expresara. Estaba sintonizando con las emociones de los demás.

Por todas partes me asaltaban los maestros, todos me daban maravillosas lecciones y empecé a viajar dentro de mí, me desnudé frente al espejo de la consciencia y me abrí sin caretas, me sinceré conmigo misma. Era como un reto personal. Si, me sentía sola pero lo usé para revisarme, tenía mucho ruido social. Tenía remolinos internos.

La vida nada te debe Belkis. ¿Por qué encerrarte en la cárcel creado por otros? Así que respétate.


Esto es para tí, que me estás leyendo y no tomas aún ninguna decisión.

Nos seguimos leyendo en la red.

2 comentarios :

  1. Luego de leer este post cualquier tristeza mía se minimiza. Gracias.
    Te leo y pienso...

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  2. Vico, tengo un triangulo que me funciona mucho, para todo: Pensar-Decir-Hacer. No nos hagamos trampa, ese triangulo tiene que ser el equilatero.Aqui no vale ni el isosceles ni el escaleno. Ponlo en practica de a poquito y veras como se convierte luego en algo de ti...por lo menos ya me lees y piensas uhumm vas bien Vico, vas bien. Ya me he empezado a encarinar contigo. Me encanta cuando se tiene la disposicion. Un abrazo.

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