Las tecnologías cambian, pero la
angustia de los niños y la preocupación de los adultos son constantes
La exposición de los niños a ataques
y conductas aberrantes en internet parece haberse nivelado, pero a medida que
más niños socializan mediante el teléfono móvil, los mensajes de texto sexuales
y molestos de alguna otra forma aumentan, halla un estudio reciente.
Los jóvenes usan la tecnología para
conservar y conectarse, y al igual que con los métodos en persona, "hay
cosas positivas y negativas", apuntó la autora líder del estudio Michele
Ybarra, presidenta y directora de investigación de Internet Solutions for Kids,
una organización de investigación sin fines de lucro de San Clemente,
California.
La buena noticia es que
"nuestros datos no respaldan que las cosas estén empeorando en internet en
cuanto a la frecuencia o la intensidad" en términos del hostigamiento, el
acoso, y las experiencias sexuales no deseadas, apuntó.
El estudio observó la exposición a
la violencia en computadoras y mensajes de texto (pero no de acceder a sitios
web o a través de un teléfono inteligente o smartphone). También midió la
reacción de los jóvenes, o sea la forma en que calificaban su propio nivel de
angustia.
Alrededor de un tercio de los
adolescentes y preadolescente reportaron sentirse muy o extremadamente
angustiados por las experiencias sexuales basadas en internet, y entre 20 y 25
por ciento dijeron que se sentían igual sobre el hostigamiento en línea. Para el estudio, los investigadores
usaron encuestas en línea para llegar a casi 1,600 adolescentes entre los diez
y los quince años de edad a partir de 2006, con seguimientos anuales en 2007 y
2008.
"Las propuestas sexuales no
deseadas" mediante mensajes de texto fueron 1.9 veces más numerosas en
2008 que en 2006, un aumento significativo. Los participantes reportaron si en
el año anterior "alguien había intentado hablarme sobre sexo cuando yo no
deseaba hacerlo", o "me pidió información sexual sobre mí" o
"hacer algo sexual que yo no quería hacer".
La encuesta observó la perpetración
(ataque) además de la victimización, preguntando a los adolescentes si habían
envidado mensajes de texto no deseados o fotografías de naturaleza sexual, lo
que comúnmente se conoce como "sexting". Las probabilidades de
hacerlo aumentaron entre 2007 y 2008, pero no fue un cambio estadísticamente
significativo.
A principios de mes, HealthDay
reportó sobre hallazgos de que el sexting era común entre los estudiantes de
secundaria del área de Boston y que para algunos era emocionalmente
angustiante. El hostigamiento mediante mensajes
de texto también aumentó significativamente con el tiempo. El segundo año se
añadió una pregunta sobre el acoso, que sugirió una tendencia similar.
"El acoso es algo que sucede
con el tiempo, de forma repetitiva, y entre personas con diferencias de
poder", apuntó Ybarra. "El hostigamiento es una conducta molesta y
detestable más general. Puede suceder una vez o más veces, entre personas con
igual poder o no".
Los investigadores también midieron
la exposición a la violencia relacionada con la tecnología en las noticas, los
sitios web sobre muerte y de odio, y en los sitios "adultos". Incluso después de que les
preguntaran al respecto en el estudio, muchos niños no sabían qué era un sitio
web de odio o de muerte.
La frecuencia con que se veían dibujos animados
violentos se redujo a medida que los participantes crecían. Los adolescentes de
minorías eran menos propensos a ser víctimas de cualquier tipo de violencia en
internet o mediante mensajes de texto, hallaron los investigadores.
El estudio aparece en la edición en
línea del 21 de noviembre y en la edición impresa de diciembre de la revista Pediatrics. Los resultados son motivo de
preocupación, aseguró el Dr. Jorge Srabstein, director médico de la Clínica de Problemas
de Salud Relacionados con el Acoso del Centro Médico Pediátrico Nacional de
Washington, D.C.
"Este excelente estudio aumenta
la concienciación de que la exposición y experiencia de maltrato o
victimización de los jóvenes en internet ha permanecido sin disminución durante
varios años, y que 25 por ciento de los jóvenes reportaban sentirse muy
angustiados por esta experiencia", apuntó Srabstein, quien testificó ante
el Congreso de EE. UU. sobre la seguridad de los estudiantes en los medios cibernéticos
en junio de 2010.
"Las personas que son acosadas
y/o aquellas que acosan a otros, además de los que son testigos, están en un
riesgo significativamente alto de sufrir de síntomas físicos y emocionales
frecuentes, que incluyen depresión, irritabilidad, dificultades para dormir,
dolor de cabeza, dolor de estómago, ansiedad, y sobre todo, intentos de
suicidio", advirtió.
Aunque las computadoras y los
teléfonos celulares añaden una dimensión virtual al acoso y otras formas de
violencia, Srabstein e Ybarra apuntaron que también existen muchas
oportunidades en el mundo real que no deben dejar de ser tomadas en cuenta.
En investigaciones anteriores,
Ybarra halló que "los niños eran más propensos a reportar la angustia en
la escuela que la angustia en línea" por el acoso. El desplazamiento de
los niños hacia y desde la escuela provee otro lugar para el abuso, anotó.
"El acoso o el maltrato no solo
ocurren en las escuelas y en internet, sino también en casa entre los hermanos,
en las relaciones románticas y en el lugar de trabajo", apuntó Srabstein.
"Que ocurra en internet ilumina la inminente necesidad internacional de
salud pública de prevenirlo".
Artículo por Health Day
FUENTES: Michele L. Ybarra, M.P.H.,
Ph.D., president and research director, Internet Solutions for Kids, Inc., San
Clemente, Calif.; Jorge Srabstein, M.D., medical director, Clinic for Health
Problems Related to Bullying, Children's National Medical Center, Washington,
D.C.;
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